miércoles, 19 de febrero de 2014

Miércoles 19 de febrero a las 20:30. Presentación y debate sobre "Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria"

Desde el Foro Crítica y Sociedad  queremos invitarles a participar en las presentaciones del libro "Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria" de la activista y escritora Silvia Federici. Para eso no pretendemos hacer un resumen exhaustivo de la obras ni dar créditos a los estudiantes de Filosofía ni tan siguiera traer a los autores de los libros, queremos emplazarles en el Café para filosofar, escuchar, analizar, debatir y seguir reflexionando en torno a la crítica de la sociedad y la cultura capitalista.
19 de febrero a las 20:30: Calibán y la bruja. Mujeres, cuerpo y acumulación originaria
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…El capitalismo no fue el producto de un desarrollo evolutivo que sacaba a la luz fuerzas que estaban madurando en el vientre del antiguo orden. El capitalismo fue la respuesta de los señores feudales, los mercaderes patricios, los obispos y los papas a un conflicto social secular que había llegado a hacer tem­blar su poder y que realmente produjo «una gran sacudida mundial». Realizar una lectura de la «transición» desde el punto de vista de la lucha anti-feudal de la Edad Media nos ayuda también a reconstruir las dinámicas sociales que subyacían en el fondo de los cercamientos ingleses y de la conquista de América; nos ayudan, so­bre todo, a desenterrar algunas de las razones por las que en los siglos XVI y XVII el exterminio de «brujas» y la extensión del control estatal a cualquier aspecto de la reproducción se convirtieron en las piedras angulares de la acumulación primitiva. Sobre este proceso de acumulación hay que apuntar al menos cuatro puntos que se suelen pasar por alto:
1. La expropiación de los medios de subsistencia de los trabajadores europeos y la esclavización de los pueblos originarios de Améri­ca y África en las minas y plantaciones del «Nuevo Mundo» no fueron los únicos medios para la formación y «acumulación» del proletariado mundial.
2. Este proceso requirió la transformación del cuerpo en una má­quina de trabajo y el sometimiento de las mujeres para la repro­ducción de la fuerza de trabajo. Fundamentalmente, requirió la destrucción del poder de las mujeres que, tanto en Europa como en América, se logró por medio del exterminio de las «brujas».
3. La acumulación primitiva no fue, entonces, simplemente una acumulación y concentración de trabajadores explotables y capi­tal. Fue también una acumulación de diferencias y divisiones dentro de la clase trabajadora, en la cual las jerarquías construidas a partir del género, así como las de «raza» y edad, se hicieron constituti­vas de la dominación de clase y de la formación del proletariado moderno.
4. No podemos, entonces, identificar acumulación capitalista con liberación del trabajador, mujer u hombre, como muchos mar­xistas (entre otros) han hecho, o ver la llegada del capitalismo como un momento de progreso histórico. Por el contrario, el capitalismo ha creado las formas de esclavitud más brutales e in­sidiosas, en la medida en que inserta en el cuerpo del proletariado divisiones profundas que sirven para intensificar y ocultar la ex­plotación. Es en gran medida debido a estas divisiones impues­tas —especialmente la división entre hombres y mujeres— que la acumulación capitalista continúa devastando la vida en cada rincón del planeta…

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